EN PRIMERA BUTACA: ERAGON o la falsa magia de un mundo encantado
Con Eragon (Stefen Fangmeier, 2006) nos acercamos a la fábula y esos mundos imaginarios plagados de seres mitológicos donde magos y hechiceros rompen los límites entre fantasía y realidad. Pero en Eragon (cuyo guión se basa en la saga de Christoper Paolini El Legado, la cual empezó a escribir los 16 años demorando tres años terminarla) el referente más cercano es Dragonheart (Rob Cohen, 1996). Claro hay notorias diferencias entre ambas cintas porque donde Dragonheart acierta, Eragon naugrafa. Una vez más el elemento a favor es la tecnología usada para crear a la dragona Zaphira dotándole de mayor movimiento para hacerla súper creíble, así como esos vuelos generados por ordenador. Aunque Eragon logró su cometido de entretener no fue la gran película de la temporada 2007.Si bien ERAGON mantiene el hilo narrativo y va de menos a más ofreciéndonos bastante acción, la historia parece repetirse al igual que los personajes un tanto acartonados y se desgasta.
La trama: un joven aldeano encuentra una piedra azul cuyo contenido es el huevo de un dragón en eclosión. De granjero se convertirá en un jinete de dragones con lenguaje mágico incluido, gracias a la ayuda de su mentor Jeremy Irons. ¿Aló Harry Potter? Cuando las cosas se complican por la avaricia y la tiranía de un rey, interpretado flojamente por el gran Jhon Malkovich, de cuyos propósitos no sabemos nada es que Eragon madura en su poder mental uniendo su mente a la de Zaphira para luchar contra el poder negro del extraordinario Robert Carlyle. El objetivo: liberar al pueblo llamado Alagaesia. Hay mucho de prestado en Eragon y lo digo porque algunas escenas hacen recordar a Star Wars sobremodo en la escena cuando Eragon (Luke Skywalker en Star Wars) piensa sobre su destino mirando el atardecer, pero lo que en La Guerra de las Galaxias en ERAGON no tiene consistencia. Eragon ve como muere su tío que lo adoptó, tiene una novia que es princesa, un guía que lo salva de peligros y lo entrena para lides mayores.
Pero una vez más las comparaciones saltan a la vista y se nota una sospechosa similitud. Bueno los hechos pueden ser los mismos pero la forma de contarlos distinta. Y de eso hay muchos ejemplos en la historia del cine. Todo lo que se necesita es imaginación para no fracasar en el intento. Anunciada y promocionada como la sensación del año y con estrellas desconocidas en los roles principales pero con un elenco secundario de lujo como Jeremy Irons, Jhon Malcovich, Robert Carlyle y la voz de la ganadora del Oscar Rachel Weisz, Eragon prometía bastante al menos por lo que se vio en el trailer y por el elogiado libro de Paolini, cuyo libro no solo recibió sesudas apreciaciones del New York Times si no que se mantuvo 52 semanas entre los más vendidos. Eragon pretender ser una fábula mística y aunque no llega a hundirse del todo, nada la salva. Están de moda los dragones y faunos, los reinos mágicos y hechiceros y Hollywood quiere explotar la fórmula hasta el cansacio, pero muy lejos del sello de autor. Porque ERAGON no lo tiene y eso es una lástima.
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