Sobreviviendo: tras la piel



Artículo originalmente publicado en el año 2002 en el magazine digital Decajon.com

Por Antonio Capurro


Angelo Cruzati nos entrega un irreverente y comprometido unipersonal en En Sobreviviendo tras la piel. Para ver en El Averno.

Envuelto en la bandera rojiblanca Angelo Cruzati da comienzo al unipersonal titulado Sobreviviendo tras la piel. Una obra en la cual, los varios personajes que él caracteriza van formando un conjunto de seres al límite. Habitantes urbanos de una Lima camaleónica y esquizofrénica en la que millones día a día sobreviven. Obra en la que se mezcla lo dramático y lo cómico de manera sarcástica e hilarante, en la que al mismo tiempo que uno goza de un buen relajo puede hacer una reflexión acerca de los problemas políticos y sociales del Perú. 

Propicio lugar El Averno, circuito alternativo al arte comercial, para presentar una obra de carácter minimalista en la que su intérprete ha realizado casi todas las labores detrás del telón, desde el vestuario hasta la escenografía. Porque precisamente la cuestión de fondo en el unipersonal, dirigido por Jorge Acosta, es el rollo experimental donde no existe la grandiosidad en los elementos de la obra, donde se desea que el público asistente encuentre en los personales a la gente que está en una plazuela, en un parque, en la calle misma. 

En esta trama, Angelo personifica, valiéndose más que nada del apoyo básico de su cuerpo y su voz, a ‘seres golpeados que son parte de la sociedad, de nosotros, de esa mitad descarnada, seres que en medio de la crudeza que les ha tocado vivir aún conservan la ternura y buscan también una reivindicación’. Allí están el recluta, el chico de la caja de la caja de cartón, la prostituta, el cómico ambulante, el universitario rebelde, la vieja beata y otros rostros desposeídos más para demostrarlo.

Según afirma Cruzati, “el unipersonal nace a raíz de cuando participaba en el colectivo Sociedad Civil. De esa inconformidad social mía y la injusticia en que vivimos... Al principio se planteó como una obra clasicona, una más del montón, pero ante el alejamiento de mis compañeros decidí hacerla yo mismo. Tenía las imágenes en mi cabeza pero necesitaba alguien con mayor experiencia que me ayudara. Fue entonces cuando entró en escena Jorge Acosta para darle una mejor estructura al asunto”.


Durante cerca de una hora Angelo representa con bastante soltura, desgarro y energía las historias e histerias, los relatos y retratos de una ‘Lima, la horrible’. Haciendo uso de un lenguaje directo y popular propio de los personajes que caracteriza, el actor hace a ratos el deleite de los concurrentes arrancándole risas exageradas como cuando se viste de cómico ambulante englobado y ofrece alfileres para que le revienten el busto postizo. Otras veces produce un silencio prolongado al ponerse el traje de una neurótica ama de casa, despierta el morbo en su rol de soldadito o hasta el asco en la cruda escena del inodoro al momento de simular una ingesta de excremento. 

En el espectáculo no hay música ni efectos especiales ni mucho menos una espectacular dirección artística. Nada de eso, aquí todo es underground, al mismo estilo de El Averno. Es más, la escenografía y utilería usada para el unipersonal, en la que figuran desde un water hasta un balde, son piezas del arte contestatario del que Angelo Cruzati es también exponente y que se encuentran en permanente muestra en el centro cultural.

Sobreviviendo tras la piel, propuesta en la que, a partir de su quehacer personal y de sus experiencias arte-vida, desarrolla un monólogo donde prevalece la problemática social. Todo en El Averno (Jirón Quilca 236), una casona antigua del cercado, es bastante sencillo, rústico e informal. Va todos los sábados del 29 de junio al 15 de julio a las 7.00 PM. Aprovecha y dale un buen vistazo a tan irreverente y comprometido unipersonal.

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