Del tratamiento de la violencia contra la mujer en TV

Hace un par de semanas la violencia contra la mujer volvió a las pantallas de la televisión peruana con dos casos bastante mediáticos, uno de ellos tuvo como protagonista de la noticia a la periodista Lorena Álvarez. Pero ¿de qué forma los medios de comunicación o los programas periodísticos han tratado el tema? Una vez más se vio el afán por la repetición de lo denotativo, es decir, mostrar la secuencia de la agresión física hasta el cansancio con periodistas o reporteros muy poco o casi nada preparados básicamente centrados en preguntas banales que solo daban cuenta de lo que nuestros ojos eran testigos: la agresión de un hombre arrastrando por el suelo a su pareja. Por ningún lado se notó las ganas de mostrar un enfoque diferente que profundice en el análisis, uno que sea capaz de colocar el mensaje de prevención o empoderamiento.

No se puede negar que se han logrado avances  como por ejemplo sacar a la violencia de género de las páginas de las notas o crónicas policiales y desarrollarlas en las secciones de opinión, editoriales o reportajes especializados. En esta cruzada los medios ayudaron mucho así como los más diversos grupos sociales. A raíz de esto es que se articula el colectivo Ni Una Menos, formándose una plataforma a lo largo de todo el país. Todo ello sirvió de mucho para visibilizar el problema y colocarlo en la Agenda Pública Nacional.

El problema radica en la forma en como se ha informado acerca de la violencia contra la mujer, cuando el mensaje está centrado más que nada en las acciones que se deben tomar luego de producirse la agresión física o feminicidio. En este caso dirigiéndose a quienes tienen en sus manos la gran tarea de administrar justicia, de tal forma que estos hechos no queden impunes. Me refiero a los policías, jueces, fiscales, médicos legistas, y a todos los operadores de justicia, a quienes se les ha reclamado que los procesos no demoren y las víctimas conserven la protección adecuada durante la exposición de sus casos. Como lo señala Magdalena García Toledo en su estudio Violencia, mujer y televisión: "Son los medios de comunicación los que informan permanentemente de estos hechos revistiéndolos en muchos casos de una suerte de sensacionalismo y otros defectos que no permite la toma de conciencia y la real percepción de la mujer como sujeto social valioso". Y añade: "por lo tanto se presentan las noticias de una manera que no permite informarse plenamente, contextualizar el problema, encontrar las causas y las consecuencias, analizar en una palabra el problema y pensar en su solución". E igualmente agrega: "La televisión refleja profundamente esta situación pero a la vez añade un tratamiento informativo que refuerza el rol devaluado de la mujer y que no presenta los hechos de violencia en su real dimensión". 

Todo eso está bien y debe seguir haciéndose; sin embargo todavía queda por trabajar en la formación de los comunicadores sociales o periodistas, porque si esta visión cambia entonces los contenidos en televisión tendrán un enfoque de prevención, una perspectiva de género e igualdad de derechos que luche contra la cultura machista a través de un visión clara de lo que realmente significa la falta de un trato igualitario, la discriminación, el patriarcado y todo aquello que no ayuda al empoderamiento de la mujer en la sociedad. Ese es el problema de fondo que todavía los medios de comunicación no están trabajando a plenitud sino por el contrario se apela más a lo emocional y lo visceral que al razonamiento, el análisis o como en este caso dirigir por ejemplo la perspectiva hacia la prevención, los efectos y las causas del problema. 


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