DE PROPIOS Y EXTRAÑOS: El HOMOSEXUAL PÚBLICO NÚMERO UNO

Tengo 46 años, soy comunicador social, todavía formo parte de la PEA, esa parte de la población que posee la edad de trabajar (o población en edad laboral), con la plena capacidad legal de incorporarme al mercado de trabajo. Desde hace tres años no tengo un trabajo estable dependiente, es decir no desempeño una actividad laboral para una empresa o negocio sino que soy mi propio jefe en el terreno del emprendimiento que decidí empezar debido a la falta de oportunidades para un hombre maduro como yo. 

Pero no siempre fue así porque alguna vez tuve la seguridad de una oficina y llegaba a fin de mes con el sueldo en mi tarjeta de débito, lo que para muchos en este país representa menos estrés. En mi caso, a partir de los cuarenta años la búsqueda de oportunidades ha sido un camino difícil, luego de tantas entrevistas de trabajo te llegas a preguntar que anda mal con tu CV ¿cómo debes ordenarlo? ¿qué debes quitar o qué debes añadir? ¿por qué no te contratan? ¿quizá sea hora de cambiar de rubro? Vaya que piensas muchas cosas.

Así que vas descartando los factores que te hacen menos contratable, ¿será la edad?, ¿la falta de estudios como una maestría?, ¿mejores contactos?, ¿más redes profesionales?, ¿tus comentarios en las redes sociales con respecto a la política o la religión? o ¿ser visiblemente gay? Te pones a pensar que la razón sea esto último, porque en mi caso eso marca un antes y un después en mi línea de vida laboral. ¿Mejor estar en el closet o fuera de él en un país donde la discriminación por orientación sexual existe? Doy fe de ello, existen formas muy sutiles de hacerlo. Quizá sería una buena estrategia hacer lo que aquellos trabajadores o empleados que separan tan perfectamente su vida profesional de su vida personal o privada. A veces es más fácil ser el camaleón disfrazado para que no te delaten ciertos comportamientos u opiniones que podrían ser perjudiciales para tu carrera y tener más oportunidades porque si lo revelas luego tu movilidad laboral se ve afectada porque te creerán bueno para ciertas áreas y para otras no. 

Entonces llegas a la cuenta que deberías hacer caso a los consejos de quienes te dicen que elimines o no coloques esas fotos que muestran quién eres o lo que te gusta. Sé menos evidente por favor, vives en el Perú. Y te preguntas ¿acaso los heterosexuales ocultan su felicidad del escritorio?, ¿será que los headhunters o jefes de recursos humanos googlearon mi nombre y encontraron esas fotos de la marcha del orgullo o mi artículo en pro del matrimonio entre personas del mismo sexo?, ¿no deberían las empresas ser más honestas en colocar el verdadero perfil del personal que necesitan? No lo harán nunca porque significaría colocarse la soga al cuello. Luego, te preguntas si acaso la mente de los seleccionadores del personal no están llenas de prejuicios o estereotipos con respecto a la diversidad sexual, ¿cómo pueden ser objetivos en un proceso donde solo importa tus habilidades, competencias y aptitudes?

¿Por qué le afecta a la imagen de una empresa que sus trabajadores tenga una opinión ante determinados temas sociales o coyunturales o es que deben actuar como robots automatizados?, ¿tienen ser neutrales frente a todo?, ¿cuál es la lista oficial de esos temas picantes o controversiales que las empresas o negocios prefieren evitar porque lo que menos desean es crear polémica o ahuyentar a los potenciales clientes? En tal sentido, ¿tienes que guardarte tus creencias religiosas, aceptarías eso? Sin ir muy lejos si te das una vuelta por la oficina del Ministerio Público verás cruces o santos colgando de las oficinas o en sus gavetas, o si enciendes la TV escucharás a más de un periodista dejar en claro que ateo no es. 

Con el ánimo de mejorar las cosas hace un par de años decidí estudiar la maestría en Comunicaciones en la San Marcos o la UNMSM, con la firme idea de que esto me ayudaría. Un plan a corto plazo era volver a ser docente. El tema educativo siempre me apasionó, fui profesor en dos universidades durante cinco años, pero ahora tan solo en mi propia escuela de español para extranjeros y una revista online que edito con un amigo español. Desde el año 2016 intenté de nuevo presentándome a convocatorias que no tuvieron un resultado exitoso. Una fue completamente surrealista porque hasta me dieron el horario de estudios y señalaron el monto que ganaría, para a los días decirme que se habían equivocado porque se dieron cuenta que "no tenía los estudios de maestría completos". ¡What, les había dicho eso desde el comienzo!! 

"No.. pero sí", es la caratula del libro de la investigadora Liuba Kogan de la Universidad del Pacífico que precisamente analiza las formas de discriminación, por género, raza, edad, nivel socioeconómico e identidad sexual en las empresas en Lima Metropolitana. ¿Cómo enfrentar o encontrar las oportunidades laborales siendo abiertamente gay? Lo que en algunos casos, dependiendo del rubro puede ser una oportunidad o un peligro. ¿Son las empresas peruanas realmente amigables con la fuerza laboral gay? ¿Es tan cierto que realmente en Lima los negocios se han abierto a la diversidad de sus empleados con entusiasmo, cómo se vive esto en la vida real en el día a día entre los jefes y empleados, en el ambiente de trabajo, en el clima laboral corporativo?

En tiempos donde se habla de responsabilidad social empresarial, igualdad y diversidad en todos los quehaceres de la sociedad ¿cómo se pretende normalizar sin hacerse visibles? Cierto que no todos estamos llamados a ser los líderes o abanderados de una causa social justa que hay diversas formas de hacer lucha. En "The Glass Closet" o El Closet de Cristal del ex CEO de la British Pretolium John Browne escribió acerca de lo que es vivir una mentira siendo presidente de una las compañías más grandes del mundo. A sus setenta años Browne, quien se convirtió en una especie de vocero por los derechos gay en el mundo corporativo, afirma que salir del clóset es un buen negocio ¿lo es en esta parte del mundo llamada el Perú? ¿Algún alto ejecutivo CEO o con un cargo máximo se ha atrevido a hacer lo mismo en uno de los bancos como el BCP o el BBVA que al momento de la Unión Civil apoyaron con mensajes en sus redes sociales?  

Existen iniciativas que aportan que suman que construyen. Es cierto que muchas cosas han cambiado y que varios han decidido ser libres en el trabajo. Saludable decisión que fomenta espacios de socialización y una tarea casi evangelizadora de responder curiosidades. Sin embargo, continúa siendo una realidad que el miedo existe cuando eres empleado de una empresa y no quieres convertirte en el homosexual público número uno de tu vida (que los heterosexuales por supuesto lo son) porque asumirlo significaría un riesgo que tal vez no estés dispuesto a tomar. 

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