DE PROPIOS Y EXTRAÑOS: 1era 2da 3era llamada: El teatro después de la pandemia

Publicado originalmente en la revista virtual mexicana Teatro My love!

En IG: antoniocapurro

El telón del teatro bajó a mediados del año 2020. De pronto la pandemia, el confinamiento y un protagonista que no había sido invitado a esta función, la COVID-19, pero que amenazaba con una prolongada función de temporada alta. Los hacedores de las artes escénicas estaban enfrentándose a un villano que los obligaba a cerrar todo e irse a sus casas. 

Para todos, todas y todes los que amamos ese contacto directo con los actores en las tablas y palpitar con las obras fue un golpe fuerte. Y para el teatro cerrar los recintos culturales y perder a su público, su quintaesencia. Se perdieron las producciones, los estrenos, el trabajo y llegó la preocupación. 

¿Ahora qué vamos a hacer? Al inicio nadie parecía tener la más mínima, pero el teatro ¿cómo no? es imaginación, creatividad e ingenio; así que era hora de adaptarse al cambio y de recordar las cosas que realmente importan en la vida. Quizás ese fue el gran momento o lo mejor del teatro en el año que la pandemia se llevó. Y los dramaturgos nos colocaron la puesta en escena en nuestras casas, en nuestros hogares, frente a nosotros con la maravilla del internet. Un clic y que se levante el telón virtual.

En muchos países de la región de América Latina el teatro durante la pandemia se cerró durante seis meses dependiendo de las fases de reactivación económica de cada gobierno, volvieron con medidas restrictivas que debían ser cumplidas a cabalidad para trabajar de acuerdo con las reglas y medidas sanitarias, con acceso de aforo limitado

El teatro post pandemia tiene que seguir buscando alternativas, y es que a pesar de haber abierto las pérdidas económicas todavía siguen apostando en una actividad vital para el quehacer artístico cultural de todo un grupo humano que lo hace con pasión y porque es el trabajo de sus vidas. Con la vacunación masiva todo podría ir mejor, pero hasta donde se conoce las mascarillas y el distanciamiento continuará siendo necesario, con lo cual se ve reducido el espacio. De repente el teatro al aire libre, a seguir con las funciones en salas de zoom, en Facebook live y en tantas otras formas con el acceso a las herramientas digitales. No queremos perder el teatro y el teatro no quiere perdernos a nosotros.

El arte nos hace vibrar, soñar, conectarnos con nuestros pensamientos y emociones, perdernos en el escenario, ninguna emergencia sanitaria nos había quitado tanto y sin embargo esta crisis pandémica ha permitido que el teatro en casa nos libere, nos deje de hacer pensar por un momento en la falta de un montón de cosas, o lo que pasará mañana, o el trabajo, o el encierro, y con ellos dejar de estresarnos y ponernos ansiosos por un par de horas. Y lo han logrado ¿no?

Este monstruo viral quiso llevarse todo y seguimos luchando, pero nos afectó profundamente. El arte del teatro nos puede curar, y para que eso ocurra no sólo tiene que existir una participación privada sino también estatal, aunque de forma efectiva y que realmente llegue a servir, de lo contrario no se habrá logrado nada. ¿O es que acaso el fútbol es más importante porque sí llega a las masas? Es hora entonces de hacer que hasta que las cosas vuelvan a la normalidad, eso esperamos todos, permitir que el teatro nos devuelva ese universo lleno de sensaciones humanas,

La industria cultural ha sufrido un atropello terrible, meses de desempleo, y lo que urge ahora es darle impulso a la virtualidad y la viralidad, a esos formatos digitales que se proyectan como una tabla de salvación por un tiempo más. Reclusión cultural que nos trae nuevos escenarios culturales y nuevos, una época teatral digital y nuevos objetos cultuales para ofrecer. Estrenos virtuales, pase por la boletería online, el delivery ya viene o a preparar palomitas de maíz en la cocina.

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