El proceso de escribir un guion

Por Antonio Capurro

Cuando uno asiste a una obra de teatro o ve una película y sale de la función entusiasmado con lo que vio sobre las tablas o en la pantalla comentado lo buena que fue contada la historia o qué genial estuvo la trama es porque el guion cumplió su objetivo. Me ha tocado enseñar en las aulas universitarias el curso de guion de TV y si bien mis alumnos aprendieron a construir sus historias, algunos pensaban que era una tarea difícil, para luego darse cuenta que con práctica, creatividad y estructura podían lograrlo. 

El guion es el esqueleto, el armazón principal, la ruta, el mapa, el hilo conductor. Sin guion no hay nada que contar ni que decir, al igual que en una obra literaria, más específicamente en el género novela. 

Lo primero que nos preguntamos es ¿Qué se va a contar? ¿Cómo la vamos a contar? ¿Es un drama o una comedia?¿Qué tipo de situaciones van a vivir los protagonistas? ¿En qué tono queremos narrar la historia? ¿De qué va todo esto? Porque algo va a ocurrir o se va a mostrar ante los ojos de los espectadores o del público. Ahora vas a partir de tu storyline, esa idea que piensas que es genial, que debe ser contada en no más de cinco líneas que debe resumir el conflicto principal. A partir de ahí empezarás a desarrollar el resto, a complejizar. Esa storyline debe ser tan poderosa y atractiva que te permita venderla a quienes se encuentren interesados en invertir en tu producto audiovisual o simplemente será la partida de nacimiento de lo que vas a hacer por tu cuenta o con tu propio equipo de producción. De un buen guion depende que una película sea considerada buena o mala, regular o mediocre, fascinante o maravillosa. ¿Te ha gustado la trama? Un guion habla y mucho, algo está pasando ahí en ese conjunto de escenas, planos o secuencias llamada escaleta que van a tener un inicio, un nudo y un desenlace. Y por supuesto un plot o lo que se llama la parte central de la acción dramática. 

El guion está vivo y nos está haciendo despertar emociones. Tú lo estás escribiendo. ¿Estás listo para hacerlo?

Lo segundo que nos preguntamos es ¿Quiénes son? ¿De dónde vienen? ¿Cómo es el villano o cómo es el héroe? ¿Qué características especiales tienen? Ellas o ellos van a ser quienes vivan cada uno de los momentos o situaciones en los que el guionista los coloque. En este punto podemos partir de  un arquetipo de personaje, que en realidad no es una descripción detallada de la personalidad de los protagonistas, pero nos echa luces de quién es, como una lista o un patrón ya definido que encaja en el estereotipo o el modelo genérico de las personas y su comportamiento. Sin embargo no se trata de tener personajes planos sino brindarle transformación, marcar una diferencia. A veces la fórmula funciona, otras no. Todo depende de ti, porque tú eres el guionista. 



 

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