Cara a cara: Prólogo para el libro Don't say goodbye de Juan Carlos Herranz

 Mi querido amigo español Juan Carlos Herranz me preguntó por algo que yo nunca había hecho antes en mi vida, escribir un prólogo para su nuevo libro. Y es todo un honor hacer eso por primera vez. Sólo espero estar a la altura de la ocasión.

"Lo siento", "Perdóname", "Mis disculpas", son frases muy comunes que expresamos todos para tratar de disculparnos a nosotros mismo. ¿Cuántas veces las hemos escuchado? 

¿Las preguntas que fácilmente nos hacen pensar acerca de la culpa es porque sentimos esto? ¿De dónde vienen? De hecho nosotros desarrollamos el sentimiento de culpa por muchas razones, la mayor parte de ellas cuando hacemos algo equivocado o cuando tomamos malas decisiones en nuestras vidas. La culpa es un muy importante sentimiento humano y siempre está presente para decirnos la verdad y subvertir nuestra conciencia para bien o para mal. Un tiempo atrás yo entrevisté a Juan Carlos pero no le pregunté si recordaba la primera vez que se percató acerca de sentirse culpable. ¿Puedes? ¿Puedo? Algunas culpas son pequeñas y otras con tan grandes como la Vía Láctea y yo no estoy exagerando.

Soy peruano y Juan Carlos vives en España, nosotros solíamos hablar por WhatsApp o enviando mensajes de voz. Cuando él me escribió para hacer este prefacio y me explicó el plot yo pensé que era una sorprendente historia posmoderna ya escrita o dicha pero yo sabía que Juan Carlos le daría un punto de vista diferente para sus lectores. 

La culpa ha sido un tema recurrente para muchos autores. El relato corto No digas adiós poner a sus personajes en la espiral de la red social desencadenando un tornado de mentiras. Dos hombres conectados a través del chat. El hombre maduro dice que él es un militar de alto rango pero por supuesto que no lo es. ¿Quién es la víctima? Un hombre joven buscando amor y algo de riesgo en el internet. El mayor seduce al ingenuo y lo siguiente que ocurre es brutal porque le pide que haga lavado de dinero o algo parecido. Tú sentirás la intensidad de la historia desde el inicio hasta el final. Pero hay una pregunta que No digas adiós crece sin ninguna clase de falso moralismo, prejuicios o estereotipos y eso tiene que ver con cuál vulnerables somos cuando navegamos en la web, un lugar donde algunas veces es fácil mentir y ser alguien más.-

Cara a cara. Téte a téte. Holograma por holograma. Vida virtual. Sin lugar a dudas el internet nos trajo un real acceso a un interminable ticket dorado lleno de posibilidades. Una cosa es tomada por seguro que son los mismos problemas pero con otra cara. ¿Estamos realmente conectados? Juan Carlos Herranz no te dirá que hacer. Este no es un libro para aprender cómo usar el internet sin daños colaterales. 

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