Se llamaba Ana Luisa

Ana Luisa Benites Sandoval
(Chimbote, 1945 - Chimbote, 2023)

Me gusta pensar en mi madre, como una mujer que de cierta forma le importó poco los convencionalismos o prejuicios de su época cuando decidió vivir con mi padre en una relación sin haberse casado por un matrimonio religioso, proviniendo de una familia cristiana, o civil. Ella era una chica bondadosa, alegre y conversadora. Hubiera sido estupendo que siguiera una carrera profesional porque tenía la inteligencia, pero solamente hizo algo técnico como secretariado comercial, recuerdo su libro de taquigrafía Greg. Se dedicó a mi, a mi padre y a su familia, lo hizo con esmero y dedicación poniendo todo de su parte. Para mi madre la familia era algo muy importante y valioso. Nos gustaba reunirnos junto a mis tíos, primos y primas más cercanos. Le encantaba el fútbol, era hincha de Alianza Lima, a mi en cambio no me atraía para el juego de la pelota. Pienso en mi madre como una mujer sobria, educada y natural. Ella era la que me ayudaba con las tareas y me empujaba a tener disciplina. En el colegio Antonio Raimondi, donde estudié toda la primaria y secundaria, mi mamá era una entusiasta de las reuniones de padres, espectadora de los partidos en el aniversario raimondino. Siempre estaba ahí participando. He aprendido tanto de mi madre, de su amor, de su paciencia, de sus valores. En este momento recuerdo lo que siempre me repetía "no pienses en mi, piensa en ti". Ahora pienso en ti madre, en todas las veces que debí haber estado a tu lado, no puedo cambiarlo, lo sé, pero todos los días de mi vida estás aquí en mi corazón. 
 

Se llamaba Ana Luisa.
Y era mi madre. 
Aquí te habla tu hijo el que se dice poeta.
No te escribo en presente sino en pasado.
Los vernos han cambiado
ajustándose al reloj de la vida. 
Me olvidaba que nacer es también morir.
Porque sólo se vive un rato pero ¿será que se no se muere eternamente?
Me dio de su vida 52 años.
Con ella aprendí a caminar, a confiar, a valorar.
El cine nos gustaba.
Hubo bastante matiné y vermut.
Yo siempre quise haber tenido su cabello ensortijado.
Ella me parió sin casarse.
Y mira tú que también rompiste con el escándalo.
Seguro que por eso entendiste cuanto te mostré el arcoíris. 
Ella fue una mujer sencilla sin parafernalia ni histrionismos.
Aquí honro tu memoria.
Sé que viviste a través de mis penas y mis glorias.
La vida es lo que es.
No te di todo, tú en cambio me diste mucho más.
¿Cómo es prepara uno para decir adiós o acaso un hasta pronto frente a un ser amado que yace?



 

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