EN DEFENSA DE LOS ANIMALES: SÍ SON SERES SINTIENTES





















Por Antonio Capurro

Desde pequeño recuerdo a gatos y perros a mi alrededor, siempre estuvieron presente conviviendo con nosotros los humanos de la familia. Creo que no hay un solo Benites del lado materno a quien no le guste los gatos. Crecí con los michos a mi alrededor. Indudablemente soy un cat lover, pero en realidad un animal lover, por eso cuando veo en redes sociales casos de abandono o maltrato me da no solo pena sino que me provoca impotencia y rabia ver cómo pueden existir humanos que les hagan daño, porque si no te gustan pues sigue tu camino pero no usas la violencia física contra ellos. Nunca creí ni por asomo que todos esos animales no sintieran o que fueran una cosa o un objeto. 

Pero ¿qué es la sintiencia?  Es la capacidad de sentir una variedad de emociones y sentimientos, como placer, dolor, alegría y miedo, por parte de los animales, quienes incluso, afirman los expertos y estudiosos, llegan a experimentar emociones complejas, como el duelo y la empatía. Lo hemos visto en videos, ¿no? Los animales son seres sintientes, porque tienen la capacidad de sentir y esto significa que sus sentimientos importan.

¿Porque ha sido largo el camino para que algunos países a través de sus legislaciones reconozcan que efectivamente los animales son seres dotados de sensibilidad que merecen tener el reconocimiento de la sintiencia? Esto se debe a una combinación de factores históricos, culturales, científicos y económicos. Y aquí tenemos a la teoría antropocéntrica, cuya doctrina o fundamento se basa en que el ser humano está por encima de todos los seres vivos, pero además el legado filosófico y científico de pensadores como René Descartes que en el siglo XVII sostenían que los animales eran máquinas sin alma ni conciencia, lo cual influyó hasta muchos siglos después en otras corrientes filosóficas. 

Además tenemos los intereses económicos y comerciales de la industria alimentaria, moda, experimentación o entretenimiento que por supuesto se benefician del uso malsano de los animales, tratándolos como una simple mercancía. En este caso reconocer legalmente la sintiencia implicaría un cambio total en su producción porque tendrían que cumplir con ciertas restricciones o modificaciones en sus prácticas, en donde el estado ocuparía un papel político relevante de control y supersivisión. A esto se suma la demora de una legislación pertinente frente a los avances científicos en la experimentación animal que debería hacerse con un riguroso cuadro bioético. 

En realidad cambiar una legislación implica procesos políticos complejos; aunque cuando hay voluntad todo esto es posible. A pesar de la resistencia debido al factor cultural ya muchos países están haciendo el cambio debido a la presión social y la concientización frente a los animales. Es un proceso progresivo que ha ido en ascenso y ha permitido que la percepción social hacia los animales tenga una mirada distinta gracias a los movimientos animalistas, la educación en el derecho de los animales y estilos de vida como el veganismo. 

Existen países que han empezado a reconocer la sintiencia animal en su legislación, significa que los animales son considerados seres vivos que pueden sentir emociones y dolor. Ejemplo de esto son: España, Suiza, Reino Unido, Alemania, Austria, Bélgica, Francia, Italia, Luxemburgo, Eslovenia, Perú, Guatemala, y otros más. ¿Qué significa esto? Protección de los animales contra la crueldad y el sufrimiento, mejora del bienestar animal y una mayor conciencia sobre el impacto de las acciones humanas en los animales. 

No me gusta llamarme animalista o activista por los animales pero si deben decírmelo porque defiendo la causa justa del no maltrato, no explotación o abuso y trato digno de los animales hago mía esa causa justa, tal y como lo hice cuando decidí ser un hombre gay visible no solo en las palabras sino también en los actos. Porque luchar por una causa requiere visibilidad. 

Puede ayudar salvando la vida de algún animal en situación de abandono, adoptando o por supuesto como voluntario en alguna organización que aboga por la causa de los animales domésticos. Pero además puedes apadrinar, colaborar o dar albergue temporal. 

¿Te imaginas ser un visón y que tu piel sea usada para un abrigo de lujo por miles de dólares o que te arranquen las plumas para que seas una almohada o que te usen como un conejillo de indias en un laboratorio? No se puede hacer justificación en pro de la ciencia o de un avance para la humanidad cuando precisamente lo que falta en todos estos experimentos es humanidad para darse cuenta que esos animales sufren. 

Seguramente hemos visto alguna vez en nuestras vidas una foto o un vídeo que registra el caso de un perro o gato abandonado (desde pequeños hasta mayores) o víctima muchas veces de un tutor sin empatía con los animales, de un humano inhumano, que en vez de darle el amor o los cuidados acusa negligencia. 

Cuando le das amor a tu perro o tu gato puedes darte cuenta o sentir que ellos están felices y se sienten protegidos, confiados y seguros en que nunca les pasará nada malo contigo. Porque tú y ellos, ambos, por supuesto que somos seres sintientes. 


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