FRANCISCO Y LEÓN, DOS PAPAS ¿UNA MISMA CARA?


Del Papa Francisco debo confesar que me parecía un cura bonachón y simpático que dejó evidencia de su apertura mediática en relación al tema de la diversidad sexual, pero también contradictoria o ambigua, así que es válido preguntarse que tan efectivo en los hechos fue su legado hacia la población LGBTQ+. No le resto importancia al impacto que los mensajes de una figura mundial como el Papa puedan tener en la opinión pública, me gustaría pensar que con sus palabras hizo a menos gente homofóbica. El mismo Francisco dijo que solamente habló tres veces de la homosexualidad: "la primera en el viaje de Rio de Janeiro si una persona es homosexual y busca a Dios, ¿quién soy yo para juzgarlo. Segundo de Irlanda a aquí, cuando dije a un papá y a una mamá: nunca echen de la casa a una hija o a un hijo homosexual, acéptenlo, elaboren eso en familia. Y la tercera en la entrevista de Associated Press donde hablé de la criminalización. Lamentablemente, hay 30 países más o menos que criminalizan hoy día la homosexualidad. Y de esos 30 casi diez tienen la pena de muerte. Eso es muy grave. Todos son hijos de Dios y cada uno busca a Dios y lo encuentra por el camino que puede". En sus palabras llama a la dignidad de la persona humana en su condición homosexual. De la 
 familia ya sabemos que su línea era que solamente hay una, la conformada por un hombre y una mujer, no se diga más. Definitivamente y como era lógico tenía que mostrar un buen corazón hacia los marginados o más vulnerables, a las minorías. Sin lugar a dudas hablar ya del tema significó un reto y un paso adelante. 

Del otro lado el ciudadano peruano Rober Prevost, ahora el Pape León XIV, recientemente elegido soberano del Estado del Vaticano y líder de la Iglesia Católica ante los obispos en el año 2012 criticó a los medios de comunicación occidentales por cultivar una “simpatía” que contradice el evangelio como  algunas prácticas no son aceptadas como “el estilo de vida homosexual” y la existencia de “familias alternativas formadas por parejas del mismo sexo y sus hijos adoptivos”. Pero eso no es todo porque su posición acerca de la diversidad de género fue muy formar durante los años de su labor episcopal en Perú porque de acuerdo a The New York Times, el nuevo pastor se opuso totalmente de propuestas educativas  que promovían la inclusión de contenidos sobre identidad de género en las escuelas ya que "la promoción de la ideología de género es confusa, porque busca crear géneros que no existen". Además en su más reciente alocución como Papa enfatizó la importancia de la familia como "la unión estable entre un hombre y una mujer. ¿No está todo muy claro? 

Desde primer año de primaria cuando ingresé al colegio Antonio Raimondi supe que la iglesia católica era una institución fuerte y dominante cuyo legado y tradición prevalecía por encima de otras confesiones religiosas dentro del Perú. Pasé once años dentro de una institución educativa donde lo religioso estaba por todos lados, difícil no seguir las reglas para un estudiante; aunque no creyeras en todo lo que te decían. Yo hacía uso de mi libre albedrío, por ejemplo nunca pensé ni de lejos que masturbarme (2352 Por masturbación se ha de entender la excitación voluntaria de los órganos genitales a fin de obtener un placer venéreo) fuera un pecado y nadie iba a impedir que lo hiciera. Por un tiempo y cuando lo fui me consideré un católico a mi manera, no uno dogmático sino relajado, uno que actuaba de acuerdo a su voluntad. También sabía en ese momento que no podía así de fácil decir que me gustaban los hombres. Además conocía lo que sentenciaba el Catecismo de la Iglesia Católica al respecto "2359 Las personas homosexuales están llamadas a la castidad. Mediante virtudes de dominio de sí mismo que eduquen la libertad interior, y a veces mediante el apoyo de una amistad desinteresada, de la oración y la gracia sacramental, pueden y deben acercarse gradual y resueltamente a la perfección cristiana".  

Oficialmente la Iglesia Católica como institución maneja un discurso oficial, su catecismo no miente. Todo está escrito, oleado y sacramentado. Por supuesto que también existen disidencias dentro de sus paredes, los hay más progresistas o más conservadores como también padres homosexuales que deben mantenerse dentro del closet, algunos permanecen otros dejan la sotana. Con todo esto ¿todavía se puede seguir creyendo que el verdadero cambio se dará en algún momento? Miles de LGBTQ+ creyentes ponen sus expectativas muy altas pero ¿acaso no estamos esperando demasiado de una iglesia o de unos pastores o un clero que sigue manteniendo al menos en el papel una línea fija ante lo que ellos consideran fuera de la norma? 


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